Y seguimos con las estupideces. No se si se han vuelto todos locos o es que no dan para mas. La última, en boca del vicepresidente de la conferencia episcopal cardenal Antonio Cañizares, que dice que el presidente del Gobierno con sus críticas a los obispos «no callará jamás» la voz de la Iglesia porque su palabra es «la de Cristo».
¡ Hombre, que “no callará jamás la voz de la Iglesia” pues, bueno!. Si se refiere a que no callará la voz de un puñado de obispos y cardenales, vale. Decir que ese puñado de obispos y cardenales son la Iglesia, ya me parece pasarse, porque recuerdo que, cuando estudiábamos el catecismo, salvo que lo hayan cambiado que todo es posible si interesa, se decía que la Iglesia éramos todos. Pero decir que su palabra “es la de Cristo”, me parece de una impertinencia y una petulancia que alcanza, según decía al principio, la estupidez más profunda y consistente.
No se lo que haría Cristo si estuviese aquí, pero desde luego, dedicarse a decir las sandeces que dicen estos señores, estoy seguro que no. Siempre consideré y considero a Cristo como alguien mucho mas serio que toda esta pandilla de soplagaitas impresentables. Cristo me merece todo el respeto. Ellos no.
Y la vida sigue, y ellos se quedan sin clientela, y tratan de evitar lo inevitable si siguen asi. Y realmente sería muy fácil. Solo tendrían que intentar ser normales y comportarse como tales. Pero mientras que se empeñen en lo contrario, mal van. Y para colmo, les están haciendo un flaco favor a sus patrocinados políticos, que con esa ayuda, han perdido, están perdiendo y perderán cada vez más apoyos, porque la gente, ante todo es normal, y lo no normal, por decirlo en plan fino, no le gusta.
lunes, 4 de febrero de 2008
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