El observar la caída de la Bolsa española en el día de ayer, que supuso una reducción de un siete y medio por ciento de su valor, me ha hecho pensar que vivimos en un mundo en el que se está evolucionando hacia la falsedad y la precariedad en muchas cosas. Y digo “muchas cosas” por ser prudente y dar un aspecto relativo a las cosas.
En una de las áreas en las que mas se manifiesta esto, es en la económica . Cuando el dinero era oro y plata, se pagaba con algo que realmente era un bien económico. Después, cuando se hicieron los billetes de banco, se indicaba en los mismos que se podían cambiar por sus equivalentes en oro o plata, manteniendo lo anterior. Hoy día eso ya no es válido y se nos dice que un billete es parte alícuota del valor de la economía de la nación o el correspondiente grupo de naciones, pero realmente eso hace mucho tiempo que no es verdad y los gobiernos le dan a la máquina de colorear papel según sus necesidades, tratando de mantener el tipo para que aquellos papelitos no se desprecien y menosprecien.
Pero donde se alcanza el nivel del absurdo y falsedad totales, es en las Bolsas de “valores”, y entrecomillo valores porque vuelve a ser otro nombre estúpido. Si realmente lo fuesen, hoy valdrían casi igual que anteayer con muy poca variación, y no un siete y medio por ciento menos. Antes las acciones cotizaban correspondiéndose con el valor de la empresa respectiva. Hoy no tiene nada que ver. Es todo un juego de especuladores y parásitos que han transformado este mercado en una forma de vivir bien ellos y sumir en la amargura a los pequeños ahorradores., que para eso están: Para que los, digamos suavemente, poco escrupulosos, vivan bien con una ficción llamada Bolsa.
Y estamos poniendo el ejemplo de Bolsa por no poner cualquier otro. ¿Puede creerse alguien que una sociedad que basa su economía en que el crecimiento es continuo y nunca se acaba, va a algún sitio?. Al único sitio que va es a que los cuatro, digamos de nuevo, poco escrupulosos de siempre sigan ganando dinero y el resto sea el que pague.
Y lo peor todo es que es algo exactamente igual a lo que siempre ha ocurrido pero antes se sabía porque era así y nos teníamos que aguantar, y ahora también es así, pero nos lo disfrazan con lo del estado del bienestar, la igualdad de oportunidades, el nivel de vida y las formas democráticas. ¡Vamos que, como expresa el dicho popular, antes éramos putas y ahora , “además de putas hay que poner la cama”.
Y si algunos de esos “poco escrupulosos”, y estoy diciendo poco escrupulosos y no políticos o banqueros o empresarios, lee esto, dirá que está escrito por alguien que no tiene ni idea, que es un “izquierdoso”, un revolucionario o un estúpido.
Y en esto último si que tienen razón, porque mas que estúpidos somos una sociedad de imbéciles, que es mas rotundo y real, que trabajamos para que nuestro esfuerzo se lo lleven la caterva de sinvergüenzas, perdón, “poco escrupulosos” a los que, lo mejor que les podíamos hacer para agradecerles “su esfuerzo” , sería cortarles ….. algo para que fuesen a reírse de su puñetera madre. Pero la violencia está poco reconocida en la sociedad de hoy.
Y la vida sigue y seguirá y los imbéciles seguiremos pagando. …. Y colorín, colorado, este cuento NO se ha acabado, …. Que tenemos que seguir poniendo la cama hasta que todo esto se vaya a hacer gárgaras, que se ira, porque por mucho que los innombrables ya mencionados se empeñen, el crecimiento continuo e inacabable, al igual que el movimiento continuo, no existen. La única ventaja es que, cuando esto ocurra, los infartos se llevarán por delante a un puñado de estos “poco escrupulosos”.
martes, 22 de enero de 2008
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