domingo, 8 de mayo de 2016

GRANDE, PACO, MUY GRANDE




Tiene 81 años, menos potencia de voz, con movimientos mas lentos, los propios de un anciano, pero tiene el corazón mas grande que nunca, y aún a “baja potencia”, la misma entonación, el mismo calor, los mismos sentimientos y la misma rebeldía. Grande, Paco, muy grande, inmenso, como siempre. He reído, he llorado y he sentido como hace mucho que no sentía, con fuerza, con alegría, con ganas de hacer de nuevo. Y aunque todo esto haya sido seguramente efímero, ha merecido la pena.

Éramos viejos la mayoría, viejos nostálgicos de un tiempo pasado, pero Paco nos ha puesto con la misma rabia, con el mismo ardor, con las mismas ganas que hace muchos, muchos años. Y hemos cantado. Hemos dicho, que necesitábamos decirlo para continuar viviendo, aquello de:

“Las tierras, las tierras, las tierras de España
las grandes, la sola desierta llanura
galopa caballo cuatralbo, jinete del pueblo
que la tierra es tuya

A galopar, a galopar, hasta enterrarlos en el mar
A galopar, a galopar, hasta enterrarlos en el mar”

Y lo hemos dicho con la misma fuerza y el mismo sentimiento que antes. Y hemos galopado por los caminos del tiempo, pisando con nuestros caballos toda la inmundicia, toda la basura que nos rodeaba y que nos rodea, que es la misma de entonces.

Y hemos cantado. Hemos dicho, que necesitábamos decirlo para continuar viviendo, aquello de:

“No sabes quien es el muerto, soldadito boliviano
el muerto es el Che-Guevara, y era argentino y cubano
y era argentino y cubano, soldadito de Bolivia
y era argentino y cubano

El fue tu mejor amigo, soldadito boliviano
el fue el amigo del pobre, del oriente al altiplano
del oriente al altiplano, soldadito de Bolivia
del oriente al altiplano … “

Y hemos cantado. Hemos dicho, que necesitábamos decirlo para continuar viviendo, aquello de:

Cuando la fiesta nacional yo me quedo en la cama igual
que la música militar nunca me supo levantar 
en el mundo pues no hay mayor pecado
que el de no seguir al abanderado  …”

Y muchas cosas mas, que allí estaba Paco para recordárnoslas, para cantárnoslas, para contárnoslas, para hacernos vibrar, reír y llorar. Grande, Paco, muy grande, insustituible para el ánimo de muchos y para revitalizar nuestras ganas de seguir luchando, galopando, para aplastar a los infectos, a los inmundos, a los perros de ese infierno en el que convierten la vida de muchos, para barrer a toda esa gentuza de la faz de la tierra. Y aunque solo sean sueños, son sueños maravillosos que nadie nos puede quitar, ni esa mierda que nos pisa y nos exprime, ni toda esa mierda junta, que si existiese ese dios que  tan patrióticamente defienden siempre, serían los primeros en caer ante su justicia.


Grande, Paco, grande, muy grande, que me has devuelto, que nos has devuelto, al menos por un tiempo, las ganas de vivir, eso si, de vivir luchando para acabar con toda la podredumbre.

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