domingo, 21 de febrero de 2016

DE LA PESTE, DIOS, EL SEÑOR TRUMP Y OTRAS LINDEZAS


De nuevo en la madrugada. Con la novedad del redescubrimiento del blog, me estoy poniendo pesadito, así que después de esto, prometo ser bueno y no dar señales de vida en unos días. 

Hoy me he puesto los cascos y estoy oyendo a Andre Rieu a todo trapo, que ese señor a mi me anima mucho, aunque supongo que a los puristas que saben mucho de música, como a todos los puristas en general, lo no ortodoxo les repateará. Es un lujo el poder tener la música, los cascos, y en el silencio de la noche, parecer que toda es tuya y que estás en una sala de conciertos, pero más cómodo y en pijama. Es una de las ventajas de la vida moderna, que reconozco, incluso ahora que estoy en época crítica y añorante de las palomas mensajeras. Además, esta tarde leía, aunque los periódicos solo les ojeo y llego hasta el centro desde el final sin pasar de ahí, pero leía en El País de anteayer, un artículo comentando la próxima exposición de La Tour, ese genio de la luz, en El Prado, que entre otras cosas hablaba, y me ha hecho meditar, sobre la peste negra que azotó Lorena y media Europa en aquel tiempo. Y hoy tampoco tenemos la peste negra, aunque tengamos apestosos y muchos, y falsas alarmas para que los también apestosos laboratorios farmacéuticos ganen un poco mas. Pero siempre es preferible que nos esquilmen un poco y no organicen otra guerra mundial como hicieron con la última formal y reconocida, que fue la llamada Segunda.

Aquel tiempo apestoso de apestados, debía ser terrible, ya que no sabían por donde les venían las bofetadas y lo solucionaban quemando todo y encerrándose, cuando no podían huir, para no tener contacto con el mundo externo. Claro que, bien pensado, en esto tampoco hay tanta diferencia con la actualidad, que nos dicen que viene el zika, y luego nos enteramos de lo de Monsanto.

Ahora Rieu habla raro, que no le enseñaron a hablar en cristiano palatino, y la gente aplaude. Yo no puedo aplaudir porque no se lo que dice. Y es que si no hubiese sido por la soberbia de los hombres y el castigo divino por aquello de Babel, hoy si lo entendería y yo podría también aplaudir. Pero es que tenemos un dios muy suyo, que se cabrea aún mas que yo y ya es decir. Y claro, así no vamos a ninguna parte. Y todo por intentar construir un edificio altito para no ahogarnos. Vamos, que hoy dios debe estar de vacaciones en las Bermudas, porque si no, por ejemplo, a mis amigos yanquis, con la construcción del nuevo edificio de la Zona Cero, les debía haber enviado como tres o cuatro pestes negras o haberles cambiado el inglés por el ruso, “pa” joder mas.

Y hablando de yanquis, que el ínclito señor Trump o como se escriba, va en cabeza de los republicanos para las próximas elecciones presidenciales. Jo, y aquí nos quejamos de los millones de votos del PP, siendo el Rajoy un angelito al lado del subnormal profundo del Trump. No voy a contar aquí lo que me parece la gente, la bendita democracia occidental y los americanos en particular, a los que considero con un coeficiente mental social de bajo cero, aunque cada uno sea el mas listo del mundo en apretar tornillos de rosca chapa de 4 milímetros y con alicates de fontanero. Vamos, que a lo mejor, o a lo peor,  tendremos un nuevo amo de la altura intelectual del señor Trump. “Gensanta”, como dice Forges, que el dios de los cabreos nos pille “confesaos”, porque además, dios siempre se cabrea con los mismos. No se si tendrá acciones en algún laboratorio farmacéutico.

Que bueno, que eso, que en unas horitas es de día, se me pasan todos los “trumpomales”, y que les den, al Trump y a sus paisanos, y que sigan diciendo y haciendo gilipolleces que es lo suyo, y al fin y al cabo, nos alegran la vida, que por detrás nos van a dar igual los unos que los otros, ya que es nuestro destino y la misión que nos ha sido encomendada por la divinidad esa de las acciones.

Y como no es cuestión de imitarlos demasiado y seguir diciendo gilipolleces, pues remedando aquello, que viene de no se donde, “nosotros (yo en este caso) (te) saludamos y nos vamos”. Así, con ese tonillo que parece mejicano, de las traducciones de los dibujos animados de antes. “My darlingsssss" todos, en el idioma del imperio, como ese dios manda, adiós.



P.D. – Como soy muy cotillo, miro como se dice “my darling” en ruso, por si a los USA les cambian la forma de hablar, que no me pille de sorpresa. Me lo dice primero en unas letras muy raras que no puedo reproducir aquí porque el teclado no es ruso, pero luego lo pone con letras de estas nuestras, y dice que se dice, “dorogaya”. Aprendéroslo y no os cabreéis cuando os lo diga, que no es que os esté insultando.  

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