viernes, 19 de febrero de 2016

MEDITACIONES


Desde que no escucho noticias, creo que vivo mas feliz. Supongo que mi próximo objetivo sería no enterarme de que tuviésemos un nuevo presidente del gobierno hasta que no apareciese ya investido en la portada de algún periódico o algo así, fuese el que fuese. Recuerdo, y no se por qué,  el título de una novela que no he leído: La conjura de los necios, que es de un americano que se suicidó, mas o menos porque no logró publicarla, y que, luego su madre, logró hacerlo, convirtiéndose en una de las mejores novelas americanas del siglo XX, según dicen. Y digo que, no se por qué, ya que, además, se me ha venido a la memoria como “la república de los necios”, tal vez por ese tema político y la necedad de una sociedad, todos, por supuesto incluido yo, en la que nos comportamos como necios en cuanto hablamos o consideramos los temas políticos, siempre según mi entender.

El tema de esa necedad es, cuanto menos, discutible, pero en mi estado actual, cada día lo considero mas real. Cuando pensamos en nuestro mundo político, ponemos la vida en ello, y cada uno salimos en defensa de nuestros ideales, unos ideales siempre sesgados, pero para los cuales juega un papel fundamental el “y tu mas”. Somos de “izquierdas” o de “derechas”, aquí y en Sebastopol, aunque los términos de izquierda y derecha no sean iguales en cada lugar, que en unos sitios, el centro entre ambos está más hacia un lado u otro. Tampoco está exactamente incluido el tema religioso en esos términos, aunque sabemos que es el dominante en muchos lugares de nuestro planeta. Discutimos, nos peleamos, nos insultamos por el tema, y yo el primero, cuando pienso que la vida es otra cosa, y el tiempo que dediquemos a aquello, es tiempo perdido. Y hasta esto de que es tiempo perdido, es totalmente discutible, que para mi lo es ahora, en la calma de la madrugada, pero seguramente, mañana al mediodía estaré insultando a mis “contrarios” políticos. Y es una pena porque es tiempo que nos quita de vida.

Anoche, y en “mi” foro de exalumnos del colegio, la cosa subió de tono por el tema de los titiriteros de estos días. Y hasta tal punto lo hizo, que uno, de los más de “derechas”, ha pedido la baja del foro, que no quiere seguir leyendo las cosas de los de “izquierdas”. Mi primera reacción, como de “izquierdas” que me considero, ha sido decir algo como que “valiente gilipollas”, pero como digo, desde la paz de la madrugada, creo que ni es para darse de baja, ni para darle tanta leña al mono a los que encuentran injustificable lo de estos titiriteros, políticos o jueces asociados, ni disculpar a los titiriteros o políticos o comentaristas a favor o en contra, ni para nada de nada, sobre todo porque lo hacemos como si nos fuese la vida en ello. Que la vida no nos va en ello, que tan gilipollas somos los unos como los otros, que defender a unos y otros, sobre todo considerando que cada cual de esos va a lo suyo, solo nos convierte en pobrecitos payasos de este ritual, que la vida es o puede ser bonita y que cada palo aguante su vela. Tal vez, con esto caigo, o se me pueda acusar, de un pasotismo creciente en mi, pero en la vida hay muy pocas verdades, e incluso entre las que nos parecen mas inmutables, como puede ser la muerte, tal nos coloquen ante “nuevas ataduras” como dice mi admirado Hesse en su también por mi, admirado libro, Juego de Abalorios.

La vida, quizá en su final, tal vez nos coloque ante nuevas y diversas ataduras que hoy no vislumbramos, aunque como buenos representantes de nuestro tiempo, lo sepamos todo de todo, y seamos mas listos que nadie a lo largo de los siglos, y si eso pasa con la muerte, que no pasará con todas esas memeces, perdón, para mi solo, tal vez, en las que nos dejamos el pellejo por su defensa o por su ataque, si son ideas del contrario.


Hoy estoy “beatífico”, pero si lograse respetar a izquierda y derecha por igual, dejandoles un poco al margen de mi transcurrir por este “valle de lágrimas” pero también lugar de alegrías y buenas cosas, y fuese capaz de ver que alegrías y lágrimas son lo natural de la vida, y no las izquierdas y las derechas, tal vez me sentiría mejor y ganaría, no se en que, pero ganaría. Al menos yo. … Pero me temo, que no lo lograré. 

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